Actualmente, 4 de cada 10 niños de entre 6 meses y 3 años en el Perú sufren de anemia, mientras que el 11,5% padece de desnutrición crónica, según desalentadoras cifras del Ministerio de Salud.
Como parte de la campaña Peruanos que Suman de El Comercio y el BCP, hemos llegado al centro poblado de Colpa Alta, en Huánuco, para conocer a Lissette Yllanes, una investigadora e inventora que, junto a su asociación de mujeres de diferentes profesiones, ha lanzado una serie de productos basados en carne de cuy para combatir tanto la anemia como la desnutrición.
Químico farmacéutica de profesión, Lissette mantiene como su lema personal que “cuando algo no existe hay que crearlo”. Una filosofía que aplicó en enero del 2022 después de conversar con su sobrina, Mariabelen, quien venía enfrentado a la leucemia desde el 2016.
“Después del diagnóstico su mamá le daba cuy en todas sus presentaciones, porque sabía que era bueno para combatir el cáncer. Pero a ella no le gustaba el sabor, así que un día se me acercó y me dijo: ‘tía, ¿por qué no creas una forma rica de consumirlo?’”, cuenta Lissette.
La sugerencia de su sobrina pronto se convirtió en su tesis doctoral. Convocó a un grupo de profesionales de distintos campos de la medicina -quienes además son sus mejores amigas- para juntas fundar la Asociación de Mujeres Investigadoras, Inventoras e Innovadoras Peruanas – AMIIIP.
En setiembre, apenas ocho meses después del surgimiento de la idea, Lissette se asoció con el Cite Agroindustrial Ambo y así nació Chocuy, una marca que fusiona el agradable sabor de las golosinas con los valores nutritivos de la carne de cuy.
“Seguimos un proceso de liofilización; es decir, la carne y las vísceras del cuy son deshidratas y luego pulverizadas. La piel, los huesos y la sangre son dejados de lados. Luego, el polvo se mezcla con cacao y otras harinas de cereales de la zona”, explica Lissette.
Pero este no solo es un trabajo en el que participan Lissette, Inés Alania, Yanet Yalli, Mary Zevallos, Edit Atanacio, Johanna Ross Arias, Rocío Cuchula y Dora Przybylek, sino que también involucran a sus hijas y sobrinas como las más rigurosas juezas de control de calidad para cada producto.
Bajo este método, Chocuy se encuentra a la espera de recibir el registro sanitario para comenzar a comercializar sus galletas, bolitas de chocolate, barras de kiwicha y chocolate en polvo próximamente. “Y mientras esperamos venimos desarrollando gomitas, chips de papas, sustancia de cuy con quinua, rosquitas y otros productos más”, adelanta Lissette.
Los resultados, mientras tanto, han salido a relucir desde la investigación, donde consiguieron que 300 niños que sufría de desnutrición y anemia la superen gracias a sus productos. “Pero esto no solo es para niños, la idea es que las mujeres gestantes puedan consumirlo para evitar la anemia que las aqueja en el primer y segundo trimestre del embarazo, para eso tenemos a obstetras en nuestro equipo. Además, sirve para mejorar los niveles de hemoglobina en los adultos mayores”, señala.
Por si fuera poco, el alcance de su producto también tiene un impacto económico positivo, pues los insumos que utilizan los compran directamente a los productores de su región. “Tenemos un cacao excelente que se produce en la selva, en Tingo María, y los cuyes los conseguimos en la zona andina de Huánuco”, asegura Lissette.
Sin duda con iniciativas como la de nuestra peruana que suma y su talentoso equipo de mujeres profesionales problemas como la anemia y la desnutrición infantil parecen tener las horas contadas en nuestro país.