«El cuy, como producto alimenticio nativo, de alto valor proteico, cuyo proceso de desarrollo está directamente ligado a la dieta alimentaría de los sectores sociales de menores ingresos del país, puede constituirse en un elemento de gran importancia para contribuir a solucionar el hambre y la desnutrición en el Perú».
El consumo de la carne de cuy ha dejado ser exclusivamente andino ó serrano para convertirse en nacional, independientemente de las diferencias socioeconómicas y el origen étnico de quien lo consume, pues en la actualidad un plato de cuy se come tanto en San Isidro (Distrito adinerado de Lima) como en Pilpichaca (Distrito huancavelicano con altos índices de pobreza).
Alguna vez alguien dijo que comer cuy es como comer pescado, y efectivamente su carne es tan rica en proteínas y tan baja en grasas que no tiene punto de comparación frente a las carnes tradicionales de ave, de res, ovina y porcina. Prueba de ello, es el siguiente «Cuadro Comparativo« en el que la carne de cuy confirma su gran valor nutritivo:
Definitivamente «COMER CUY, ES VIVIR MEJOR«, ya que nos nutre y no nos engorda.
El cuy es una carne excelente y seria bueno promover su consumo, empezando por nosotros mismos. ¿Cuántas veces al mes consume Ud. carne de cuy?… La respuesta suele ser una vez e incluso menos de una, y eso debe cambiar.
Con todo lo dicho hasta ahora, podríamos llegar a la siguiente reflexión: «Nuestro consumo ocasional ó festivo debe convertirse en habitual, no solo por una revalorización de lo andino sino por nuestra propia salud y verdadero bienestar Solo de esa manera, fomentaremos más la crianza del cuy en el Perú y viviremos mucho mejor».
Fuente: https://repositorio.umsa.bo/bitstream/handle/123456789/13211/T-2411.pdf?sequence=1&isAllowed=y