El polen sirve de materia base para el crecimiento y restauración de tejidos y es un potente suplemento alimenticio. Además, es rico en lípidos, aminoácidos libres, hidratos de carbono (azúcar, almidón y celulosa), minerales (calcio, magnesio, fósforo, hierro, sodio, potasio, aluminio, manganeso, azufre y especialmente cobre), vitaminas (especialmente ácido pantoténico, ácido nicotínico, tiamina, rivoflamina, ácido ascórbico, pequeñas cantidades de vitamina D y E, enzimas y co-enzimas, pigmentos y esteroles).