La carne de cordero es carne rica en proteínas de alto valor biológico, las cuales contribuyen al aumento y la conservación de los músculos. Además, gracias a esto, la carne de cordero ayuda a un mejor crecimiento y el desarrollo normal de los huesos de los más pequeños.
Contiene niacina, más conocida por vitamina B3, la cual nos ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga. Esta propiedad es un punto muy a favor para las personas mayores y adultas, ya que son más propensas a sufrir cansancio e ir agotándose más a lo largo del día que un niño.
Posee vitamina B6 y B12, las cuales contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario y una formación correcta de glóbulos rojos. Puntos muy importantes a tener en cuenta tanto en mayores y pequeños, ya que nos ayudarán a protegernos de diferentes enfermedades comunes.
Posee un alto contenido en potasio, mineral que alimenta a nuestro sistema nervioso y lo mantiene sano.
Muy relacionado con el primer punto comentado, nos encontramos con el fósforo, otro de los elementos nutricionales que nos encontramos en esta rica carne y que nos ayudará en el mantenimiento de unos huesos y dientes fuertes y sanos.
Contiene zinc y selenio, dos minerales que nos ayudan en gran medida. El primero a la protección de las células, las cuales pueden sufrir daños oxidativos con el paso de la edad, y el segundo a un mantenimiento de las uñas y el cabello mucho más fuerte.