Uso de hormonas en la producción de pollos ¿Mito o realidad?

hormona pollos

El pollo que consumimos en nuestras mesas tienen un período muy corto de crianza, alrededor de 43 días, logrando un crecimiento superior a los 50 gramos diarios, con un peso promedio a la faena de 2.70 Kg.

Estos resultados son el fruto de un intenso programa de selección aplicando la genética, para obtener líneas de reproductores capaces de transferirles a su descendencia, los pollos parrilleros, ese extraordinario “vigor híbrido”.

pollos bebe

También es necesaria una nutrición adecuada, que les permita expresar todo este potencial genético; una eficaz medicina preventiva; y una exigente bioseguridad a fin de prevenir enfermedades infecciosas y parasitarias.

No menos importante es el esmerado cuidado de las condiciones medio ambientales y el uso de los implementos adecuados, así como el correcto y cuidadoso manejo al que son sometidos los pollos durante estos escasos 43 días de crianza.

El mito

Existe un mito arraigado en el acerbo popular respecto del uso de hormonas en la producción avícola. El origen del mito de las hormonas y el pollo está relacionado con un hecho ocurrido en la década del 50, diez años antes del comienzo de la avicultura industrial.

En aquellos años se usó en Europa un estrógeno sintético denominado DES, cuya finalidad era “caponizar” (castrar) hormonalmente los pollos machos para obtener un mayor engorde y una carne más tierna (a las hembras se las destinaba a producir huevos).

Este estrógeno sintético se aplicó en varias especies, y en avicultura se utilizó en gallitos de más de cien días de edad, que en aquel tiempo y a esa edad no pesaban más de 1.70 kg.

Fue una alternativa a la castración quirúrgica que se efectuaba ocasionalmente para lograr aves de 3 kg. en 6 meses y carne relativamente tierna.

Razones por las que al pollo no se alimentan con hormonas

Para desmentir este mito presentamos razones contundentes sobre por qué las hormonas no se usan y, de hecho no pueden usarse, en la producción avícola.

1. El uso de hormonas es ilegal.

En muchos países se realizan controles muy estrictos sobre el uso de hormonas o sustancias parecidas a las hormonas en los alimentos para animales. No hay ningún caso en el que esté aprobado el uso de hormonas en aves. Aunque se podría alegar que el uso ilegal de hormonas podría darse ocasionalmente, se aclarará más adelante, no existe razón lógica para usar estos componentes en la producción avícola.

2. Las hormonas no son eficaces.

La administración de hormonas de crecimiento no conduce a un aumento del crecimiento en los pollos. De manera similar, la inyección de hormonas del crecimiento en humanos no lleva al desarrollo de un equipo de baloncesto ganador. El crecimiento es el resultado de una combinación muy compleja de funciones metabólicas, que dependen de una selección amplia de señales endocrinológicas.

3. La administración es muy difícil.

Como en el caso de la insulina, que se usa en el tratamiento de la diabetes, la hormona del crecimiento es una proteína. Si alguna de estas hormonas se consumiera por la vía oral, se digerirían rápidamente del mismo modo que ocurre con las proteínas del maíz o la soya. Es bien sabido que los diabéticos tienen que inyectarse la insulina. Por lo tanto, aunque hubiera probabilidad de que se diera un efecto positivo, la hormona del crecimiento tendría que inyectarse en los pollos con frecuencia.
La logística para inyectar a miles de pollos con la hormona ilustra la imposibilidad de esta situación.

4. Coste alto.

Como la hormona de crecimiento del pollo no se produce comercialmente, su coste sería extremadamente alto. Si se fuera a administrar 1 mg a un pollo de engorde, el coste sería excesivo para el valor del pollo en sí mismo. Obviamente, esto no tiene sentido desde el punto de vista comercial.

5. ¿Y qué hay de los esteroides anabólicos?

El abuso ocasional de esteroides anabólicos en atletas aparece periódicamente en la prensa. No existe duda alguna de que su uso lleva a un aumento de la masa muscular. Sin embargo, este efecto en atletas solo es posible cuando su uso se combina con un entrenamiento físico riguroso, como el levantamiento de peso. Sin ejercicio no se obtienen beneficios de los esteroides anabólicos.

6. Las hormonas simplemente no se necesitan.

El crecimiento extremadamente rápido de los pollos de engorde se explica con mucha facilidad sin recurrir a las hormonas. Al analizar los registros de las firmas genéticas se apreciará que durante las últimas décadas las aves han alcanzado el peso de mercado especificado un día antes cada año.

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